Tal vez deba hacerlo de un modo personal, pero la publicidad me puede. Y es de esta forma en la que voy a tratar de decirte todo lo que significaste en mi vida. No creo que pueda hacerlo porque realmente ha sido mucho. Quiero, a traves de estas humildes palabras, decirte que me disculpes porque no fui capaz de verte, de sentirte, de tenerte. Y es que cerré los ojos, y es que me confié y no pensé. Y cuando creés que algo va a estar siempre en su lugar te olvidas de lo esencial de la vida, que todo cambia. ¡Y cómo cambiaron nuestras vidas!. Cambiaron repentinamente una vez, y otra más. La primera me dió risas y la otra oportunidades desperdiciadas. Y si nunca te agradecí todo lo que me diste es porque fui una ciega, porque no supe estar a la altura de las circunstancias. Claramente, cuando reaccioné sobre mi error era muy tarde. Claramente el tren no vuelve a pasar y no me molesta, pero me hubiese encantado tomarlo, porque estaban listas mis valijas para hacerlo. Se me pasó la hora. ¡Cómo pasa el tiempo!
Y el motivo de esta confesión es principalmente que no soporto más este aluvión de palabras que me piden ser vomitadas urgentemente. Necesito decirte que estoy abriendo los ojos, que sé que estuviste ahí, a mi lado. Y que por mí soportaste y sentiste lo que por nadie. Y tal vez no fue recíproco del todo aquel sentimiento, debo admitirlo, pero no me alcanzan las sonrisas para devolverte todos los instantes que me hiciste vivir. No quiero sonar arrepentida, tampoco esperanzada. No busco un futuro y no me interesa quedarme en el tiempo, sí quiero decirte que dedicarme a perderte fue lo único que atiné a hacer en el medio de una revuelta de sentimientos que me disparaste de un día para el otro y no pude descifrar. Fui la única alguna vez y se me llenan de lágrimas los ojos, de orgullo el pecho y de amor la memoria. Porque eso somos, una hermosa memoria que no morirá. Un colectivo de recuerdos que existen en alguna parte de mi aire y vuelven de vez en cuando para dejarme, como hoy, desearte la mayor felicidad que seas capaz de alcanzar, por siempre.
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