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No puedo creer lo rápido que se me pasó la vida. No es que ya se me termine pero ... Hace doce años ya, y para mí fue ayer, cuando mi papá me llevó a mi nuevo Jardín de Infantes, a hacer el Preescolar. Con mi mochila de Barbie, mi pelo por los hombros y mi sonrisa de "no entiendo qué hago acá". Y fue a partir de ese día que el tiempo voló mas que cualquier mariposa que disfruta de su corta estadía en el mundo; el tiempo se creyó que era una carrera de velocidad y le mandó quinta a fondo.
A partir de ese momento pasé millones de cosas, y con "millones" me quedo completamente corta.
A partir de ese 1997 empezé a ponerme más fea, más grande, empezé a aprender la importancia de las amistades, empezé a formarme, a reir, a jugar, a vivir la infancia mas linda que pude pedir a pesar de los problemas que hayan surgido.
Seguí creciendo , seguí aprendiendo, porque por suerte de eso nunca se encuentra un final... Seguí. Sin prestar atención.
Conocí a las personas que me acompañaron siempre y a las que fueron una etapa, supe discutir, supe compartir, supe ser yo y tambien ser otra, supe llorar y avergonzarme , así como criticar y agrandarme, supe distinguir entre compañeros y amigos, supe estudiar y copiarme, supe equivocarme y también volver a empezar, me choqué contra la pared hasta que aprendí a abrir los ojos, escuché y me hice escuchar, viví.
Desde 1997 hasta ahora tuve primeras veces y últimas, tuve figuritas y diarios intimos, tuve diplomas y amonestaciones, señoritas y profesores, tuve papás superpoderosos y papás imbancables, tuve amigos y no tanto, tuve viajes y estadías, rutinas y sorpresas, distancias y acercamientos, novios, amigovios, algun que otro beso y hermanos, tuve lo que fui capaz de ganarme; porque algo que aprendí en este tiempo es que acá nadie te regala nada, y eso me gratifica muchisimo.
Y ahora, a nada de lo que esperé toda mi vida; a nada de ser una "chica universitaria", no puedo creerlo. Y tal vez pienso que no disfruté completamente esta etapa, que quisera quedarme, que quisiera revivirla, que quiero estar de nuevo allá, en la puerta de pre-escolar (con mi guardapolvo a cuadrillé y mis trenzitas) dispuesta a valorar mejor segundo a segundo de mi vida. Se que es imposible. Lo hecho, hecho está. Pero lo que no dudo en absoluto es que a partir de hoy nada será igual, y si bien eso asusta, eso también me desafía.
Dicen que a partir de ahora soy grande, dicen que debería asumir responsabilidades.
Creo que 12 años fueron más que suficientes como para preprarme para esto. Para salir sola, pero no tan sola, a la vida. Llevo 12 años de aprendizajes a cuestas y eso me da seguridad, eso me dice que es el momento de ser quien soy, de vivir, de disfrutar la mejor de mis epocas.

Pasé cosas geniales en mis 17 años de vida, pero aseguro, que a partir de ahora, serán mucho mejor.

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