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Viaje Maldito - (PARTE 3)

El sabado 21 nació lloviendo. Sí, todo el calor del otro día, en el que yo maldije no llevar bermuda se revirtió y la maldición se le otorgó a la ausencia de abrigo. Tomamos el colectivo verde y llegamos a Alem, otra vez. Demostramos nuestra ignorancia colectivera cuando despues de preguntar a 5 choferes distintos - "¿Vas a Ciudad Universitaria?" - descubrimos el que sí iba y ya tarde, lo tomamos.
Resulta ser que el chofer era nuevo y además de no saber el recorrido, temía a la velocidad. El sueño, la lluvia, y la lentitud de ese colectivo me revolvían las tripas.
Además, recordé que no tenía mi DNI, es decir .. Mi Documento Nacional de Identidad, es decir .. lo que demuestra que yo soy yo y no otra persona. Claramente estaba viajando a Ciudad universitaria a rendir un examen en el que , ademas de llegar tarde, no tendría permitido rendir.
Dicho y hecho. Entre resbalones y puteadas entré al salon 206 del Pabellon 3, hablé con el profesor para rogarle que me deje rendir, pero no fue posible. Nuestro segundo y último objetivo del viaje estaba incumplido.
Tomamos un café de la maquina y comimos una medialuna. Revalsé mi vaso de lágrimas y me detesté.
La tormenta se hacía cada vez peor.
Tomamos el 45 a Retiro y cuando llegamos, no habia pasajes para Mar de Ajó.
¿Tanta gente viene a este pueblo del orto? Si jamás hay nadie . En todas las empresas estaba completo. "Bueno," - dijimos respirando profundo -" Tomemos el siguiente, a las 13:15 hs". La amable rubia que nos atendía nos dijo que ese era Ejecutivo, por lo tanto nos cobraría $84 a cada uno.
Era claro que no contabamos con eso. Así que, despues de buscar en todos nuestros bolsillos, carteras y mochilas algo de plata, nos faltaban $0.70 . Discuti con Alan, porque el mal momento nos superó y por un segundo casi nos volvemos en micros separados. Gracias a un ser superior, él encontró $2 y pudimos comprar los pasajes.
Siendo aproximadamente las 11 y media de la mañana, almorzamos con un alfajor Guaimayen y contamos los segundos para subirnos al micro. Tirados en Retiro, hablando de problemas sin resolución, se hizo la hora.
Plataforma 39 o más o menos. Subimos al micro y descubrimos que nos tocó en el último asiento. O sea, debajo de una super turbina que hace un super ruido muy molesto por sobre nuestras cabezas.
El micro tardó en salir porque habian dado pasajes con números como 32 o 34 y en realidad, los asientos de ese vehículo sólo llegaban al 30 (que por suerte era el mío). El hambre y el sueño nos hicieron reír de todos los que buscaban su asiento inexistente, ya hasta el sonido molesto en mi cabeza me causaba risa.
Escuchando canciones de Celin Dion y otras bizarreadas por el estilo, me dormí.
Llegué a San Bernardo y procuré no viajar por un largo tiempo; Mis decisiones de vivir y estudiar allá estan siendo replanteadas y mi fobia a los colectivos, creo que debe ser tratada.

3 comentarios:

  1. UNA SERIE DE EVENTOS DESAFORTUNADOS !
    pero qué de cuentos que vas a tener para contarle a tus nietos boluda... no todas vamos a poder ser abuelas tan entretenidas como vos! jajaja
    te ♥

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  2. romina tu suerte es peor que la mia en cuanto a viajes! yo siempre pierdo los coelctivos ( a san bernardo) y los nenes de retiro me tomaron de punto y suelen apurarme con sus cuchillos haha cosas de la gran ciudad jaja a acostumbrarse!

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  3. Estudié 6 años en ciudad, siendo de capital me costó adaptarme. No tengas dudas que vas a pasar unos años geniales estudiando, y que todo el esfuerzo que se hace, tiene como recompensa un título y muchos amigos.

    P.D. Como porteña te lo digo, Capital asusta, pero no me digas que no está genial????

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