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Viaje Maldito - (PARTE 2)

Llegamos a la terminal , sacamos el pasaje de Alan. Genial. Pero Florencia no llegaba, el micro por salir y Flor con mi pasaje no llegaba. Llegó y nos subimos al colectivo.
Nada muy interesante puede pasarnos en el viaje.
A las 5 de la mañana arribamos a la Señora Ciudad de Buenos Aires; Retiro nos esperó con sus baños abiertos y sus escaleras mecánicas.
La mañana fue simple, desayunamos en una plaza, intentamos anotarnos en el CBC pero nos olvidamos la Constancia de Alumno Regular así que fue perder el tiempo, o sea, el día viernes que había sido dedicado a anotarnos se había desperdiciado, el único objetivo que teníamos no fuimos capaces de cumplirlo. Un desastre.
Caminamos muchisimo, muchisimo de verdad, el sol me estaba matando y el viento me revivía, me saqué el saco y en vez del "pongo" me volvía a poner el saco porque el clima había amanecido indeciso.
Yo pensé que lo de no poder anotarme había arruinado mi día pero me equivoqué muchisimo, no fue sólo eso.
Cerca de las 11 am saludamos a las chicas y emprendimos nuestro camino. Con el mapa en la mano y un celular con crédito pero poca bateria debimos preguntar a aproximadamente 7 personas el camino hacia el subte. No fue nada divertido. Hacía calor, las calles eran eternas y no entendíamos nada. El buen humor todavía reinaba en nosotros, pero no por mucho tiempo.
Nos equivocamos de vereda así que casi tomamos el subte para el otro lado , ibamos a termianr en Los Incas en vez de en Alem y menos mal que Alan preguntó antes de pasar. Cruzamos la calle y ahí sí, en 5 minutos estabamos camino al Correo Central.
El hambre ya se hacía presente, el calor también y el mal humor no se la quería perder.
Cuando llegamos no teníamos ni la más remota idea de a dónde se tomaba el bondi y tampoco cuál tomar. Teníamos que ir a Quilmes. Tomamos el 22 que para nuestra sorpresa tardó más de una hora. No tengo noción de las distancias, no diferencio Capital de Provincia y no sé por qué la panza me hacía tanto ruido. Para culminar con la llenada del vaso, el colectivo se rompió, sí, se rompió .. ¿Algo más? ¡¿Eh?! ¿Algo más me podía pasar? O sea, yo no sabía si era el fin del recorrido, no sabía si estaba en Avellaneda, Wilde o Bernal, para mi es todo lo mismo. No sabía si caminar o tomar otro colectivo. No sabía nada hasta que, siguiendo a las masas descubrí que podiamos subir a otro de estos malditos transportes publicos gratis. Un amable y lindo chico nos dijo en dónde bajarnos. Estación de Quilmes, buenisimo. Supusimos que lo peor habia llegado a su fin, que sólo nos quedaba comer y dormir hasta el día siguiente.
Agostina (la chica que nos ofreció dormir en su casa) me dijo que estaba en la esquina de la heladería El Piave esperando por nosotros. Preguntando llegamos ahi pero ella no estaba.
Mi celular se quedó sin batería y el de Alan no tenía crédito. Lo unico que faltaba.
Resulta ser que hubo un mal entendido, yo no debía bajar en Quilmes, sino en Bernal. Ella estaba en El Piave de allá.
Resolución: Nos tiramos en la entrada de una galería, Alsina e Irigoyen, como dos pordioseros, a esperar que en algún puto colectivo llegue Agos y nos saque de los rayos del sol y del hambre.
Despues de 15 minutos eternos ... llegó.
Comimos una porción de pizza cada uno. Y ya no queríamos caminar más. Pero Agos seguía con ganas de pasear, así que dimos muchas vueltas. Demasiadas vueltas. Alan cumplió su antojo de choripan callejero, compramos comida para la noche y por fín a media tarde nos tomamos un Remis.
La tarde se pasó entre mates, charlas y galletitas. El cansancio permitía que las conversaciones se pusieran cada vez más incoherentes y graciosas y que el mal humor se reprodujera en mí como Maru Botana.
Cenamos y de postre un fernet y un poco de Speed con vodka nos hicieron reír un rato.
Dormimos muy poco y a las 6 del otro día llegó lo peor.

1 comentario:

  1. jajaja Agos (la chica que nos ofrecio dormir en su casa) jajajaja

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