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No piensen que estoy en un trance positivista, ni que un evangelista me lavó el cerebro, ni crean que estoy bajo el efecto de alguna droga ... Es sólo que camino a casa pude ver lo precioso que es todo lo que nunca veo. Lo enorme que es el cielo, las formas lindas y esponjosas de las nubes, las estrellas que nunca dejan de brillar, hasta los edificios, las hamacas, las flores, las bicicletas ... Son cosas naturalmente cotidianas y hermosas.

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