.

Él con sus rulitos desprolijos y su metro de altura, haciendola a ella y sus cuatro décadas de vida correr por todo el jardín, bajo la lluvia y entre las flores. Nadie más que él podría hacerla olvidar de las deudas a pagar, de la soledad que siente en las noches, de las lágrimas que a escondidas derrama ... Sólo él y su máxima velocidad pisando margaritas al compás de una risa tan pícara y musical pueden lograr eso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario