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Las siete mujeres

Por Pablo Franko

¿Quien no ha escuchado decir alguna vez que en el mundo existen siete mujeres por cada hombre? Este mito circula como las leyendas urbanas de boca en boca, y seguro alguna vez alguien lo ha dejado caer al descuido dentro de nuestros oídos. Siendo chico mi tía Luz lo dejó sobre la mesa junto con sus comodines mientras completaba una canasta. Y me quedé pensando porqué, a mis 10 años, no habían aparecido aún ninguna de estas damitas que me "correspondían". Por eso aún siendo tan pequeño decidí por mi autoestima investigar el asunto. A falta de Google por aquellos años, mi abuelo me aconsejó que consulte los padrones electorales y ahí, (observando los porcentajes) confirmé que lo del 7 entre la cantidad de hombres y mujeres era verdad: Había un 7, pero no como decía mi tía Luz. El asunto era así: Por cada 100 mujeres había 93 hombres, o sea que cada 100 mujeres hay 7 que se quedarán sin que las saquen a bailar. Esto era más lógico, y además por unos años me sentí mejor.

Con el tiempo avancé sobre el tema y pensé que este desequilibrio no solo era un problema para esas mujeres sino para los 93 hombres que intuían que en algunas de esas 7 podía estar el AMOR de su vida que no era precisamente esa novia, mujer, cónyuge o concubina que reposaba a su lado al amanecer o en la siesta del domingo luego de haber comido un buen plato de ravioles con tuco.
Para mí hoy la pregunta del millón es: ¿Quiénes son esas 7? ¿Las 7 más lindas? ¿Las 7 más feas, las 7 más altas, las 7 más dulces, las 7 más crueles?
El tema es que son 7, número místico e impar…


¿Qué ocurre cuando uno se cruza con una de ellas?, ¿Qué puede pasar cuando una de estas mujeres roza nuestro corazón?
Nadie lo sabe a ciencia cierta, pero dicen que muchos no han sido los mismos luego de esa experiencia: El tener un encuentro con una mujer que se sabe fuera de la equidad de las matemáticas, puede desencadenar desde un hecho mágico hasta una terrible catástrofe. ¿Por qué? Simple: Un hombre sabe que tiene el poder de ser correspondido entre 93 posibilidades, lo que lo hace en cierta manera vulnerable y dependiente de ciertas leyes del ida y vuelta afectivo, o sea, se enamora y hasta sufre, en cambio, algunas de estas 7 mujeres sabe que ya hay 93 colegas suyas que se ocuparán de tales menesteres sentimentales, entonces se sienten libres, autónomas, livianas, etéreas porque saben que hay 93 colegas que se repartirán el trabajo sucio: desde cocinar hasta tener que recibir un obvia carta de amor en una tarjeta con un atardecer que en la portada dirá algo como “Nuestro amor es…”
En ese conocimiento de su "no necesidad de corresponder" que tienen estas mujeres, reside el peligro al que nos vemos expuestos los hombres al caer en sus brazos. Es probable que cuando suspiremos acurrucados en su pecho de repente nos aparten y sin decir “agua va”, nos digan con una sonrisa: “Sabés qué mi amor, ya me cansé de vos, de tu mirada de pavo y de tu amor, así que no me rompas más las pelotas, ahí está la puerta y ya se que son las tres de la mañana pero yo no tengo la culpa de que no tengas auto…"
Claro que siempre hay alguna excepción en toda regla y es la que descubrió un amigo cuando un día una de estas 7 mujeres olvidó la agenda en su casa: Indiscretamente la recorrió de pe a pa y descubrió que en ella solo tenía agendados 92 números de teléfonos de hombres… entonces supo que, a pesar de todo, nadie (inclusive alguna de estas 7) nadie puede vivir sin amor, y tiró la agenda y cerró su puerta con 7 llaves y por una semana no atendió el teléfono y cuando se sintió a salvo, invitó a salir a la chica de la panadería, que cocinaba unos riquísimos pastelitos de dulce de membrillo y le gustaba dormirse entre sus brazos mirando películas de amor.


He dicho.

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